Hace poco he descubierto la figura de Isadora Duncan, una bailarina estadounidense de principios del siglo XX.
Isadora nació en San Francisco en 1878. Desde muy pequeña sintió que su vocación era el baile, ella misma explicaba que solía pasar horas en la playa mirando el vaivén de las olas e intentándolo imitar con los movimientos de su propio cuerpo. El hecho de que su padre abandonara la familia dejándolos en una penosa situación económica, hizo que a la edad de diez años Isadora abandonara la escuela para dedicarse a dar clases de baile a otros niños.
En la adolescencia se mudó a Londres, donde introdujo nuevos elementos a su danza inspirándose en pinturas de la antigua Grecia que descubrió en el Museo Británico.
Las experiencias que había vivido hasta entonces la habían convertido en una atea convencida, bisexual y totalmente contraria al matrimonio. Esta visión de la vida se reflejaba en su forma de bailar, que era también una apología de la libertad. Isadora rechazaba el modelo clásico de baile, tachándolo de agarrotado y poco natural, e introducía movimientos mucho más fluidos, basándose en los movimientos naturales del cuerpo humano. Creía que la danza era un vínculo entre las personas y la esencia de la vida, que era un arte mediante el cual se elevaba el espíritu y que por lo tanto no podía estar basado en estructuras rígidas ni en posiciones extrañas. Además, sus actuaciones no tenían nada que ver con las de otras bailarinas de la época: no se maquillaba, iba descalza, llevaba el pelo suelto y se vestía con ropa holgada. Muchas veces llegó incluso a bailar desnuda cubierta únicamente por una tela o un velo.
Una gran parte de la sociedad se escandalizó con su baile, tuvo que soportar críticas y abucheos, pero todos acabaron rindiéndose ante su fuerza y su carisma. Llegó a actuar en los teatros más importantes de todo el mundo.
Aunque alcanzó una gran fama y reconocimiento, su vida personal fue trágica. Perdió a sus dos hijos en un accidente de coche y el único hombre con el que se casó terminó suicidándose tras varios años de alcoholismo.
Su muerte fue de lo más peculiar: murió a los 50 años asfixiada, al enredarse el chal que llevaba al cuello en la rueda de su descapotable.
Actualmente, se considera que la danza de Isadora Duncan es la base de muchos estilos de danza moderna y contemporánea.
No me he extendido mucho explicando su vida pero es muy interesante, aun estoy descubriendo cosas nuevas, anécdotas… lo que me parece más extraordinario de esta mujer es que inventó un estilo de danza basándose en todo menos en la danza: el movimiento en la naturaleza, las obras de arte que observaba en los museos, y la filosofía que adquirió a lo largo de su vida viajando por el mundo.
Os dejo algunos links y un video de la Compañía de Danza Isadora Duncan:
Biografía en Danza Ballet
Biografía más detallada, muy interesante
Wikipedia